martes, 3 de marzo de 2009

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Día dos.
Así cuento el sendero amarillento de tu ser.
Narrándote y atizándote leve...
Cruel nostalgia mía y
Ahogada tu queja silenciosa.


Día de ayer, fue día primero.
Encarnada yo misma en tu huida.
Huida yo misma en tu carne.
Recovecos de recuerdo; 
Día dos.


Día de hoy, horrendo tránsito.
Horrendo de sí, por sí, sí, sí.
Quisquilloso el cuerpo que se aferra.
Roídos míos sobre tu tez de fruta.
...Ay de ti, ese pobre amor...
Gemido y lloriqueado.